La salud socioemocional es la capacidad en crecimiento de un niño para:

• Formar relaciones sólidas con los demás

• Expresar y manejar sus emociones

• Explorar el mundo que lo rodea y resolver problemas

  
  

¿Por qué es tan importante la salud socioemocional?

Las habilidades sociales y emocionales son tan importantes como aprender el abecedario o los números. Los bebés necesitan relaciones con adultos amorosos para desarrollar estas habilidades. Además, estas relaciones favorecen el crecimiento y desarrollo cerebral.

Cuando los niños tienen esta base saludable, es más probable que:

• Hagan amigos

• Sigan instrucciones

• Controlen sus emociones

• Resuelvan problemas

• Se concentren en tareas

Los niños que no desarrollan estas habilidades sociales y emocionales están menos preparados para aprender en la escuela y tienen mayor probabilidad de:

• Tener dificultades para hacer amigos

• Presentar problemas de conducta como morder, pegar, usar palabras ofensivas o acosar a otros

• Tener dificultades para aprender

• Abandonar la escuela

Los problemas socioemocionales tempranos se han vinculado con problemas físicos y mentales posteriores, como depresión y obesidad.

Experiencias desafiantes

Todos los niños enfrentan situaciones difíciles que pueden afectar su percepción del mundo como un lugar seguro y predecible, como:

• Nuevo cuidador, escuela o programa

• Problemas financieros en la familia

• Exposición a violencia doméstica o comunitaria

• Pérdida de un familiar, amigo o mascota

• Llegada de un nuevo hermano

• Hospitalización

• Divorcio

• Mudanza

• Enfermedad en la familia

• Múltiples cuidadores

  
  

Señales de alerta

Indicadores de que un niño puede estar teniendo dificultades para procesar estas experiencias incluyen:

• Lastimarse a sí mismo o a otros

• Gritos excesivos

• Destrucción de objetos

• Dificultad para calmarse

• Problemas para dormir

• Problemas con el control de esfínteres

• Silencio o aislamiento

• Escaparse

• Dificultad para participar en grupos

• Problemas para cambiar de una actividad a otra

Qué puedes hacer

Para ayudar a un niño a sentirse seguro física y emocionalmente, los adultos pueden:

• Enfocarse en construir relaciones cariñosas

• Reconocer el impacto de las experiencias desafiantes

• Considerar la perspectiva del niño

• Crear rutinas y expectativas predecibles

• Disfrutar de momentos positivos con el niño

• Participar en interacciones de ida y vuelta

• Enseñar habilidades para resolver problemas

• Reconocer sus sentimientos, esfuerzos y avances

• Evitar el uso de la vergüenza o humillación

• Practicar cómo afrontar emociones intensas

• Encontrar formas de mantenerse calmado en momentos de estrés

• Buscar ayuda cuando sea necesario